Somos los descendientes directos de la familia ARNAUD - ROVIRA.

 

Conocemos la verdadera historia humana, los hechos reales contados por el hijo del Capitán Arnaud.

 

Lo que nos hace diferentes de todos los que se enamoran de Clipperton y su historia, es que yo, Gabriela Arnaud, llevo 55 años escuchando la historia. Desde que nací, mi abuelo Ramón Arnaud Rovira, sobreviviente de la tragedia e hijo del héroe mexicano Capitán Ramón Arnaud, me transmitió en sus narraciones hogareñas y familiares, cada detalle de lo que allá ocurrió.

 

Muchos se han enamorado de Clipperton y razón no les falta. En nuestro caso, Clipperton es la patria de mi abuelo, es el sepulcro de mi bisabuelo y es el hogar de nuestros recuerdos, impregnados de actos de honor. 

                 

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                                        LA HISTORIA

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Cerremos los ojos y ubiquemos nuestras mentes en el México de Porfirio Díaz. 

El Presidente Díaz es informado de que una de las islas mexicanas en el Océano Pacífico, concretamente la llamada Isla de la Pasión o Clipperton, esta siendo disputada por varias naciones, que no la reconocen como mexicana y que la reclaman para sí mismos. USA, Inglaterra y Francia. Cada uno tiene razones para sentirse dueño de la isla.

Díaz es consiente de que la isla le pertenece a México y que ha sido así desde que nuestro país heredó todo el territorio que le había pertenecido a España.

La isla de Clipperton es la última de las islas del Archipiélago Revillagigedo.

Era una isla que no estaba habitada, por ser un atolón, el cráter de un volcán, contar con escaso territorio donde vivir y ser inhóspita para el cultivo. Sin embargo, los norteamericanos explotaban con permiso de México "el guano" que es el excremento de las aves marinas que abundan en la isla y que por aquellas épocas, era utilizado como fertilizante y combustible.

 

Dada la situación de controversia sobre a quién pertenecía la isla, Díaz se vio obligado a acudir a un tribunal internacional para que decidiera quién era el propietario.

Le recomendaron enviar un regimiento militar que sustentara presencia en la isla y que viviera allí. A lo cuál, Díaz ordenó enviar un regimiento completo de soldados, que fueran con toda su familia, ya que pasarían largas temporadas en la isla. Y este hecho también serviría para hacer hincapié en una de las reglas internacionales, que expresa que el territorio reclamado debe de estar habitado por personas del país.

 

Ramón Arnaud Vignon descendiente de franceses, había elegido la carrera militar y era oficial del ejército mexicano. Contaba con la feliz característica de hablar francés e inglés a la perfección. Díaz estuvo de acuerdo en que era un buen candidato para ser el jefe y gobernador de la isla. Además de ser un hombre joven y honrado. 

Ramón obedeciendo ordenes superiores, se fue a la isla. Sin embargo, antes de quedarse definitivamente, fue enviado a Japón en una misión secreta y pasó por USA donde sostuvo conversaciones con la compañía que explotaba el guano en la isla. 

Al tomar posesión de su cargo, realizó varios cambios positivos en la calidad de vida de los soldados a su cargo y sus familias, intentando hacer más amable la difícil y solitaria vida en aquella isla. Pasado un tiempo, regresó a su ciudad natal, Orizaba Veracruz para contraer matrimonio con su novia, Alicia Rovira que era descendiente de Catalanes. Alicia, era una señorita de la época que había sido educada en el conocimiento de los idiomas, la lectura, las artes, la música y por supuesto, la religión católica que era la misma que Ramón profesaba. 

Alicia acepto de mil amores ir a vivir a la isla con Ramón. Dada su juventud, pensó que podía hacer de aquel lugar un paraíso. Lo cual consiguió durante sus primeros años de vida allí. Ya que contaban con la visita del barco que les llevaba todo tipo de provisiones, no sólo de México, sino también de Europa. Ella se encargó de que las mujeres y los niños de los soldados recibieran clases y desarrollaran actividades que les mantuvieran ocupados. Así como, de orar, ya que no contaban con un sacerdote que oficiara misa. 

 

Como era de esperar, llegó el anuncio de su primer hijo. Ramón Aranud Rovira, nacería el día de San Pedro y San Pablo. Y por voluntad divina, nacería en la isla y no en el continente como hubiere querido su padre.  

Todo habría terminado como una bella historia de amor. Pero esta historia se convertiría en una gran tragedia de sufrimiento, abandono y pérdidas invaluables. 

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Entrada la Revolución mexicana y con el presidente Díaz fuera de México, se suceden en el poder, varios presidentes y el Capitán Arnaud, recibe órdenes de sus superiores de permanecer en la isla en espera de que se calmen las cosas en México.  Su deber era mantener la soberanía de la isla.

Arnaud cumple con su deber y regresa a la isla. Pero la frecuencia de la visita del barco empieza a ser cada vez mas larga. Hasta que un día, el barco no regresa más...

La fortaleza de Arnaud y de su esposa, que ya para entonces tenia tres hijos: Ramón, Alicia y Olga, era sobrenatural. El transmitía a sus hombres fuerza, valor y cariño familiar. 

Fue necesario aprender a pescar para comer cada día, porque las provisiones se agotaron. También, les faltaba vitamina C, porque no había frutas ni verduras.

Como consecuencia, los hombres y mujeres comenzaron a morir de escorbuto. Los pocos cocos que había los racionaban para los más pequeños y las mujeres. 

 

Si la valentía y el valor para afrontar el día a día, con la esperanza de un milagro, no fuera suficiente en esta historia, puedo decir, que dos eventos que estarían por llegar, marcarían la heroicidad y valor de Arnaud.

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Pero observar sólo a Ramón, es quedarnos cortos. Alicia se convierte, en la gran mujer, que saca de sí una fuerza sobrehumana, que marcaría positivamente a sus hijos, pero también, a todas las mujeres y niños, que sobrevivieron gracias a ella. Tras la trágica y heroica muerte de su esposo el Capitán.

 

Nada en el mundo nos viene de gratis.  Todo lo que sucede, tiene una razón de ser y todo esta hilvanado por el autor de todo cuanto existe. 

Gracias a esos valerosos padres, sus hijos, especialmente Ramón, el mayor, que salió de la isla con escasos nueve añitos, se convirtió en un gran hombre.

Lo que vió y vivió, podría haber forjado en él, un hombre amargado, triste, deprimido y hasta loco. Pero el ejemplo de valentía de sus padres, la fe de ambos en el amor de Dios que no los abandonaría, el milagro de su rescate, consiguen, que Ramón sea el gran hombre, el maravilloso y jovial hombre que fue hasta el último segundo de su vida. 

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Y cuando convives con un hombre así, su ejemplo te arrastra para ser lo más parecido a él, para luchar por lo que quieres, para amar sin límites y para tener fe sin límites. Para él no había nada imposible, porque creía con la fe de un niño. 

 

Yo sé que mi proyecto Clipperton Honor y Gloria es inmenso y desde mi pequeñez es casi imposible. Pero para Él, nada hay imposible, nada hay inmenso. Y aquí estoy, escribiendo la historia de mi familia y teniendo fe en que lo conseguiremos.

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