Hace ya 86 años, en diciembre de 1933 la isla de Clipperton dejo de ser territorio mexicano.
Me contó mi abuelo Ramón, que cuando conocieron el veredicto de las cámaras que aceptaban que Clipperton no era mexicana y por tanto, se modificaba el articulo 43 de la constitución mexicana, para que Clipperton dejará de figurar como parte de las islas mexicanas.
Cuando mi abuelo, se entero de esto, me dijo haber sentido profunda tristeza y dolor, porque la vida que había entregado su padre y todos los soldados muertos en Clipperton, no había servido para nada.
Si el abandono fue difícil, el conocimiento de esta triste noticia lo fue también.
Un país que no sabía defender lo suyo, un grupo de legisladores que en su mayoría, excepto uno, el de Tamaulipas, dijeron si.
Y lo más triste fue, que su argumento se basó en que la isla era un pedazo de tierra inservible, por tanto no pasaba nada con que Francia se la quedara.
¡Qué terrible desconocimiento! La isla de Clipperton contiene invaluables riquezas en su profundidad, como los nódulos polimetálicos. Pero también es rica en animales marinos, sin ir lejos, el atún, que hoy en día México tiene que negociar con Francia para poder pescarlo, cuando ese territorio es por herencia mexicano.
La falta de conocimientos, trae muchas desgracias, la ignorancia de un pueblo que hasta en sus legisladores se trasmina, hace que un país sea un país desarrollado y fuerte o todo lo contrario.
Francia con mucho mas conocimientos sabía bien lo que estaba pidiendo, una zona estratégicamente situada en su geografía, que otorgaba a Francia acceso a acuerdos americanos de libre comercio y negociaciones a las cuales de otra manera no tendría derecho.
Francia sabía que este territorio duplicaba el tamaño de su propio territorio y sus millas náuticas.
Francia un país desarrollado sabe, lo que vale un territorio, por pequeño que sea, ese territorio era mexicano por herencia y México por falta de conocimientos y de valor, simplemente se lo regalo a Francia.
Hay mexicanos que dieron su vida por Clipperton, como mi bisabuelo Ramón Arnaud Vignon, que siendo descendiente de franceses defiende una patria que le dio acogida.
Pero hay otros mexicanos que no dan nada por su patria y hasta la regalan…
Gabriela Arnaud
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