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Foto del escritorGabriela Arnaud

¿Conoces la razón por la que el covid 19 nos puede ganar la batalla?

Hoy vi un video sobre un hombre que estuvo en la segunda guerra mundial, el contaba que a los seis años los alemanes llevaron a sus padres a un campo de concentración y los mataron, el sobrevivió gracias a una mujer que lo escondió bajo un moribundo.

Explicaba que cuando fue mayor y ya todo había pasado, contaba a compañeros lo que el había vivido y las personas se reían mucho de su historia, porque pensaban que el lo inventaba, ya que su relato, parece imposible.

Yo he escuchado decir que la realidad supera a la ficción, y ciertamente en algunos casos así pasa, la mente humana, quizás por mecanismo de defensa, prefiere creer que esas cosas tan increíbles, solo suceden sobre la pantalla o en una novela de ficción.

Muchos de ustedes ya conocen la historia de Clipperton y escuchando a este hombre, recordé a mi abuelo Ramón narrando una y mil veces aquella historia, yo no se de nadie que se riera de el, pero si se que muchos lo veían incrédulos, suponiendo que al ser un niño tenía una súper imaginación y probablemente mucho de aquello se lo estuviera inventando o imaginando.

De acuerdo con la psicología, se sabe que las personas que siendo niños, han pasado por eventos muy traumáticos y extremadamente complicados, tienen la necesidad de seguir la profesión de médico, psicólogo o periodista. La razón es clara, ellos quieren contar la historia que vivieron para que otros aprenden de ella y no se repita nunca más. O quieren poder ayudar altruistamente a solventar el dolor, ya que ellos lo han conocido muy cercanamente.

Vivo en España y observo de primera mano lo que sucede en Europa, ahora mismo nos encontramos en la fase en que mueren una gran cantidad de personas y los hospitales están colapsado. Hace un mes, observábamos en las noticias lo que pasaba en Italia, lo comentábamos, pero sonreíamos suponiendo que era como una de esas historias que vemos en la televisión para distraernos. Y antes habíamos escuchado las historias de China, a pesar de que ya teníamos la situación cercana, continuábamos pensando que eso no podía ocurrir en España y la vida continuaba como siempre, llegaron los primeros casos y aún así, nos parecían lejanos.

Mi abuelo Ramón no tuvo la oportunidad de estudiar, pero se que de haberlo hecho hubiera sido médico, era una profesión que le gustaba mucho, y cuando tuvo la oportunidad de ayudar al que sufría, siempre lo hizo, siempre estaba dispuesto. Y por supuesto, nunca dejo de contar su historia, siempre con los mismos detalles.

De tanto escucharla, mi madre fue la primera que tuvo el impulso de escribir aquella historia , que ciertamente parece sacada de una novela, pero que es sumamente real.

Posteriormente, yo retome el entusiasmo de mi madre y continúe transmitiendo esta historia, he estado luchando para que sea ejemplo para todo el que la quiera escuchar, principalmente para la juventud.

Ahora, frente a estos momentos históricamente inconcebibles que estamos viviendo en el mundo moderno, la presencia del covid 19, he podido constatar con asombro, que es verdad el hecho de que los hombres no aprendemos de la historia, peor aún, no aprendemos de ejemplos que suceden en el mismo espacio y tiempo que el nuestro.

Vivo en España y observo de primera mano lo que sucede en Europa, ahora mismo nos encontramos en la fase en que mueren una gran cantidad de personas y los hospitales están colapsados. Hace un mes, observábamos en las noticias lo que pasaba en Italia, lo comentábamos, pero suponíamos que era como una de esas historias que vemos en la televisión para distraernos. Y antes habíamos escuchado las historias de China, a pesar de que ya teníamos la situación cercana, continuábamos pensando que eso no podía ocurrir en España y la vida continuaba como siempre, llegaron los primeros casos y aún así, nos parecían lejanos.

Esta historia se repite en América, yo estoy en contacto diario con México y puedo observar que ha ocurrido lo mismo, yo les contaba lo que estaba pasando en España y les pedía que tomaran precauciones anticipadas, pero incluso se rieron de mi, hacían bromas, pensaban, aquí no llega. Al día de hoy tienen unos pocos casos, y aún hoy sigue habiendo personas que creen que exagero cuando les explico todas medidas que deben tomar para poder salir de casa y al volver a ella.

¿Acaso, los hombres estamos destinados a repetir una y mas veces los mismos errores?

¿Nuestra psicología nos impide ver la realidad y no creer en ella?

Les dejo este planteamiento, reflexionemos en qué tiene que suceder, para que aprendamos de la historia, para cambiar y hacer las cosas de otra manera, una más adecuada.

Cuando llegue el día en que podamos salir a las calles, ¿vamos a querer volver a hacer lo mismo que ya hacíamos?


Gabriela Arnaud





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